La historia de un ex niño soldado en Uganda.
Decenas de miles de niños en el norte de Uganda han sido víctimas de reclutamiento forzoso por parte de los rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor (dirigido por Joseph Kony).
Fueron secuestrados de su casa o de la escuela. Experimentaron horribles abusos y sufrieron hambre y sed extremas. Se vieron obligados a saquear pueblos, matar civiles y luchar contra los soldados del ejército del gobierno.
Las niñas de tan solo 12 años fueron entregadas como esposas a los comandantes. Fueron violadas de forma rutinaria. Muchas dieron a luz a niños en cautiverio. En el campo de batalla, los niños soldados fueron colocados en primera línea, lo que provocó que muchos resultaran heridos o muertos. Cualquier intento de fuga se castigaba con la muerte. Aquellos que lograron escapar durante la batalla terminaron en uno de los centros de rehabilitación.
Soy Patrick Odong y soy uno de estos ex niños soldados. Me secuestraron de casa en 2001, cuando tenía 10 años. Durante los enfrentamientos, una bala me alcanzó en la boca. Los soldados del gobierno de Uganda me llevaron al hospital. Estaba tan gravemente herido que no podía hablar, comer ni beber. Los médicos me ataron la lengua y me dieron una bomba de estómago.
Fue entonces cuando me encontró con Els De Temmerman, fundadora de Sponsoring Children Uganda, una organización que se ocupa de los niños que habían sido secuestrados y los envía de regreso a la escuela.
Fue la primera vez que conocí a una persona blanca.
Confié en ella de inmediato. Me llevó a Bélgica para una operación. El hospital universitario de Lovaina accedió a reconstruir mi barbilla. La operación duró 19 horas y fue un gran éxito. Pero me tomó dos años recuperarme y volver a la escuela.
En 2003 me inscribí en el programa de patrocinio. Patrocinadores belgas pagaron mi educación primaria, secundaria y universitaria. Me gradué en agricultura. Ahora trabajo como administrador agrícola para una ONG que tiene como objetivo erradicar la desnutrición en Uganda.
Soy uno de los más de 3.500 ex niños soldados que tuvieron la oportunidad de estudiar a través del programa de apadrinamiento. Pude construir un futuro para mí y mi familia mientras mejoraba las vidas de otros niños desfavorecidos.
Un regalo para Comundos
Durante años, Comundos ha estado ayudando a comunidades remotas, escuelas y ONG de todo el mundo en la inclusión digital. Hacemos esto de una manera original mediante el uso de la alfabetización mediática. Trabajamos con 'multiplicadores' a quienes enseñamos a pensar críticamente y hacer un uso relevante de la tecnología de la comunicación.
¿Podríamos pedirles una contribución económica para continuar con este trabajo de ofrecer a las personas menos afortunadas oportunidades para contar su 'historia inspiradora'?
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