Este soy yo!! Mi nombre Juan Andrés Pérez Xoquíc; vengo de una familia de campo, crecí con muchas dificultades pero gracias a Dios y a mis padres, logré salir adelante con mucho esfuerzo y sacrificio. He finalizado una carrera universitaria; tengo 6 años de aportar para el desarrollo en el programa FOMAGRO de FUNDAP y quiero compartir esta historia. Recuerdo mi primer día, llegué muy temprano con muchas ilusiones, como herramientas tenía mis conocimientos de escuela y de la casa acerca de la agronomía.

Mi labor se desarrolla en 3 lugares, San Miguel Sigüilá, San Juan Ostuncalco y San Martín Sacatepequez; todos de Quetzaltenango; lugares que comparten aspectos comunes como el idioma Mam, las costumbres y el clima. En estos lugares habitan muchas familias en condiciones muy complicadas de subsistencia puesto que no poseen un hogar seguro, tierra para cultivar, reina la pobreza, la falta de educación, servicios básicos y oportunidades.

En estos seis años en esta zona mi contribución ha tenido algunos avances importantes pues domino el idioma, lo que me facilita la comunicación, sin embargo los cambios no son posibles si las familias no se apropian de los proyectos que se han impulsado. La labor que he realizado es para crear consciencia en las familias que tienen la responsabilidad de producir sus propios alimentos, aprovechar sus recursos, usar la creatividad para solucionar los problemas y darles herramientas para que de ellos pueda nacer su desarrollo, esto implica impulsar proyectos productivos, capacitación y asistencia técnica constantes para generar el cambio.

Durante este tiempo he identificado que la implicación de la familia es clave para salir adelante y destaco como principal, la participación de la mujer en todo este proceso, estoy convencido que hace falta mucho pero que hay personas que pueden garantizar que el proceso continúe para el beneficio de la familia y comunidad. A pesar de las limitaciones las familias poseen con un corazón tan grande porque comparten lo poco que tienen cada vez que llego a la comunidad. Valoran el simple hecho de llegar a la casa de una familia con estas características; de esta manera se sienten menos abandonados y se les llena los ojos de mucho entusiasmo, eso me satisface de manera personal y me compromete a hacer mejor las cosas.