Nadie sabe lo que nos deparará el mañana.

Si quieres ser libre tienes que luchar por ello. A la edad de 25 años, dejé Irán, que es un país lleno de restricciones para las mujeres debido a la discriminación de género.

Vine a Bélgica por accidente. Me costó mucho volver a empezar mi vida desde cero en Bélgica. Tuve muchas dificultades antes de obtener mi permiso para quedarme. Cuando llegué a Bruselas nadie me respondió en inglés. Mi exposición al idioma se complicó al vivir en diferentes regiones, lo que perjudicó mi fluidez en inglés. Hablar nuevos idiomas me dio otra personalidad y me llevó a una vida multicultural.

Estudié en la VUB (Universidad Libre de Bruselas) con la esperanza de tener un futuro mejor. Elegí luchar contra aquellos que consideran que solo los hombres tienen el poder en la sociedad. Gracias a mi hermana pude continuar y creer más en mí.

En mi tradición, los niños pueden hacer lo que quieran, pero una niña debe tener cuidado con su vestimenta, su habla y su apariencia. Nadie debería discriminar a los demás. No obstante, ser valiente, confiado y optimista te puede ayudar a lograr tus objetivos. Para tener lo que deseas, debes hacer lo que nunca antes has hecho.

Para concluir, quiero decir que seáis optimistas y creáis en vosotras mismas y tratéis de cambiar aquello en lo que no queréis vivir, como la sociedad centrada en el hombre, ya que hombres y mujeres son complementarios. Caemos para hacernos más fuertes. Tener en cuenta que todo es posible.

Animo a las mujeres a decidir por sí mismas, a creer en sí mismas y a tratar de encontrar una solución a lo que desean cambiar.