Defender los derechos de la mujer como gerente de personal
Cuando era joven y trabajaba con entusiasmo en los años 50 y 60,
la vida de las mujeres cambió en Europa debido a algunos hechos importantes.
Antes de 1886 las mujeres no tenían ningún derecho.
La primera oleada de emancipación comenzó cuando se denegó a dos mujeres estadounidenses la entrada en el Tribunal de Justicia de Londres. Como resultado de esta negativa, concluyeron que debía fundarse un consejo internacional para emancipar a las mujeres de todo el mundo.
El Consejo Internacional de Mujeres (The International Councel of women, ICW) fue fundado en Washington, en 1886 con la participación de cinco países: Estados Unidos, Inglaterra, Francia y otros dos países. Además, las mujeres de Nueva Zelanda y Australia obtuvieron igualdad de derechos gracias al Imperio Británico.
Sin embargo, en Bélgica las mujeres obtuvieron el derecho al voto en 1948. Fue una forma de reconocer a las mujeres que lucharon durante la Segunda Guerra Mundial.
Mujeres y hombres trabajaban en lugares separados.
En aquella época, las mujeres iban al baño en grupo, dos veces al día. En abril de 1944, los estadounidenses bombardearon por error su lugar de trabajo mientras ellas iban al baño.
Esto salvó sus vidas y, a partir de 1954, las mujeres dejaron de ir al baño en grupo.
Durante la década de 1960, trabajé en Bélgica en la planta de producción fotográfica Gevaert. Las mujeres tenían que dejar la fábrica después de casarse.
Según las normas tradicionales cristianas, debían formar una familia y quedarse en casa.
También, cobraban menos que los hombres por un trabajo equivalente. Cuando era gerente de personal lo que hoy llaman Recursos Humanos, le dije a mi jefe: "Las trabajadoras que abandonan la fábrica son una pérdida para la empresa, ya que tienen que sustituirse por personas nuevas que deben aprender el oficio". Como responsable de recursos humanos, también pedí la igualdad salarial entre mujeres y hombres por el mismo trabajo. ¡Y mi jefe aceptó!
Desde 1957 las mujeres tienen el mismo salario y los mismos derechos en la fábrica.
Por eso, deseo que todos los responsables de Recursos Humanos sigan luchando por la igualdad de derechos y de retribución. Todos los que participan en el contexto profesional deberían asumir esta tarea.
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